sábado, 5 de diciembre de 2009

Sucre retratado

Entrevista a Mauricio Vargas Linares

El periodista y escritor colombiano estuvo en Lima para presentar “El Mariscal que vivió de prisa” (Editorial Planeta).

–¿Cómo nace su interés por contar la historia de Antonio José de Sucre?
Tengo ese interés hace muchos años. Cuando tenía veinte, mi padre me regaló un libro con una colección de cartas del Mariscal Sucre; se llamaba “De mi propia mano”. Fue una buena manera de entrar a la vida de este personaje a través de sus cartas, ya que en ellas Sucre retrataba todos sus sentimientos. Pasé mucho tiempo reuniendo muchos documentos sobre Sucre con la idea de algún día hacer una biografía. Luego, empecé a hacer periodismo, me había aventurado a escribir mis primeras novelas y ya no quise hacer una biografía de Sucre, sino una novela. Quería escribir sobre las emociones y sentimientos de este ser humano, antes de retratar al militar, al político, al estratega, algo que se hace en la biografía.

–Es la primera vez que explora la novela histórica…
Sí, pero siempre he sido lector de historia, de novela histórica y de biografías. Siempre ha sido una pasión leer este tipo de textos pero nunca había escrito una novela histórica.

–¿Y en qué momentos la historia pasa a ser ficción?
En “El Mariscal que vivió de prisa” hay una nota al final, donde me sentí obligado a explicarles a los lectores que no era ficción pero que sí era invención pura. Yo no entiendo por ficción al límite entre lo real y lo fantástico, sino a la forma de tratar la realidad. La ficción también puede ser tomada como todos aquellos hechos reales, que tienen un sustento histórico comprobable, pero es tratado con el vuelo ficticio. Al principio, mi aproximación con esta historia fue como periodista. Para escribir la novela me tuve que comportar como un cronista, pero también como novelista y darle esos vuelos de ficción sin la cual no sería una novela histórica.

–En partes del texto usted recurre al narrador en primera persona, ¿a qué se debe eso?
Es una manera de dialogar y de reproducir las cartas. Si no hubiera encontrado la forma de saltar del narrador en tercera persona a la primera persona, hubiera tenido que recurrir a los guiones, puntos aparte, comillas, y esa no era la idea de la novela. Fue un tema de eficiencia narrativa, para darle mucho más ritmo.

–¿En qué momento Sucre pasa a ser enemigo de los peruanos de esa época?
Cuando Gamarra y La Mar promueven la desestabilización de Bolivia, cosa que era un resultado lógico. Hay que entender que Bolívar y Sucre llegaron a Perú a reemplazar la tarea inicial que hizo San Martín. Había muy poca convicción en el liderazgo peruano sobre la importancia de la independencia y eso se manifestó con una suerte de tendencia de pacto con el virrey La Serna. Cuando se da la independencia, el Congreso peruano declara Mariscal de Ayacucho a Sucre, lo premiaron con propiedades, con riquezas, etc., Luego, él va al Alto Perú, reúne a las provincias que querían constituirse como nación y esto despierta los celos de los líderes peruanos y altoperuanos. Pero eso no sucede sólo en Perú, sino recordemos que ni Bolívar ni Sucre pudieron regresar a Venezuela, ya que son expulsados. Habían cumplido su misión y ahora eran incómodos para muchos.

–¿Está trabajando en otra novela histórica?
Sí, de hecho ya tengo mucha información sobre el tema que además incluyo en un capítulo de “El Mariscal que vivió de prisa”. Se trata de la reunión de San Martín y Bolívar en Guayaquil, que es un momento bastante interesante y hay un misterio detrás de ello.

EL DATO
Vargas Linares (Bogotá, 1961) ha publicado: “Memorias secretas del revolcón” (1993), “Tristes Tigres” (2001), “La pesca del delfín” (2004) y “La última vida del Gato (2007). “El mariscal que vivió de prisa” recibió el año pasado el Premio Bicentenario Planeta-Telefónica.


EDUARDO ALCÁNTARA CASTRO
(Diario Expreso / Cultural / 3 de diciembre, 2009)

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