jueves, 10 de diciembre de 2009

Mujeres a solas

Entrevista a Margarita García Robayo

La escritora colombiana estuvo en Lima presentando su obra “Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza” (Planeta).

–“Hay ciertas cosas…” es su primer libro...
Es la primera vez que publico ficción y en realidad, me gusta más que el periodismo. Me interesa más las posibilidades que tiene la ficción en la literatura, es como un juego, cosa que no encontraba en crónica periodística, que me tenía un poco agotada.

–La estructura del libro es poco convencional. Son cuentos que juntos terminan siendo una novela…
Es una fijación que tengo por estructurar las cosas. No quería hacer cuentos unitarios que hablaran de personajes solos, sino que fuera un universo de soledad. El libro habla de la soledad finalmente, y estos relatos sueltos son como vínculos que al final dan una sensación de unidad.

–¿El universo femenino de su obra podría considerarse como escritura femenina o escritura feminista?
Estoy en contra de las etiquetas en la literatura y creo que funcionan mucho como prejuicios en la vida real. Las etiquetas te estigmatizan. No creo que sea un libro femenino, ni literatura femenina, ni mucho menos hago militancia del género. Los personajes me parecieron funcionales para hablar de este tema. No es como si yo tuviera una fijación particular por los personajes femeninos, si no más bien como sujetos que sobrellevaban de una manera atractiva –estética y visualmente– la soledad. Creo que la soledad en los hombres se acerca más al patetismo, mientras que en las mujeres es casi morboso, lánguido, atrayente, lo cual no lo iba a conseguir en un personaje masculino.

–Hay un leitmotiv presente en toda la obra: la televisión. ¿Este recurso es una crítica hacia los medios?
No sé si es una crítica, pero sí reconozco que el relato es muy urbano y contemporáneo, y creo que en un escenario así, la presencia de la televisión es casi la protagonista en la vida de muchas personas. La presencia de la televisión, y todo lo que te transmite, sí es un leitmotiv en la obra y también es un objeto por el cual algunos personajes del libro se aferran, pero también se sienten oprimidos. Es una manera de dar cuenta de lo importante que me perece la figura de la televisión en el mundo contemporáneo.

–En su post “Soy yo”, que se publicó en el diario Crítica, cuenta la singular relación que tiene con su madre. Incluso le ha dedicado el libro…
(Risas). Es una relación bastante conflictiva. Creo que la relación con los padres es muy desigual: nos adoran de una manera desmedida y uno los quiere, pero a veces creo que menos que ellos. Siempre estás tratando de demostrarles que no los necesitas, que puedes prescindir de ellos. Hay un cuento en particular del libro que se llama “Miriam”, que es el que hace que le haya dedicado el libro a mi madre. Miriam es una viuda y que todo lo que espera en el día es que llegue las ocho de la noche para poder llamar por teléfono a su hija Diana, para darle la misma lata, todos los días. (Risas) Mi mamá ha llevado con mucha dignidad todo esto del libro, es muy duro, pero creo que lo entiende.


–Está preparando su segunda novela…
Sí. Es una novela que habla de la relación de una pareja, que tienen muchas diferencias, entre ellas la edad. Suceden pequeñas cosas que van transformando a los personajes y creo que se parece un poco a “Hay ciertas cosas...” en el sentido que hay muchas ausencias, mucha soledad de por medio. Es una mujer que está con un tipo mucho mayor que ella, que la lleva a vivir a un lugar alejado de la ciudad. Luego la deja sola en esa casa, con una hijastra, con varios obreros. Es una vez más una puesta en escena de los extremos de la condición humana, hasta donde puede llegar uno en ciertas circunstancias y que van transformando a los personajes para mal.


EDUARDO ALCÁNTARA CASTRO
(Diario Expreso / Cultural / 10 de diciembre, 2009)

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