El escritor español estuvo en Lima, durante la XIV Feria Internacional del Libro, dónde presentó sus dos últimas obras.
–¿Cuándo nace su interés por contar historias que tienen como escenario el continente asiático?
Desde que viaje allí por primera vez cuando era pequeño, junto a mi padre. Cuando conocí la India sufrí un shock enorme, por que es un país que no se parece a ningún otro. Para un niño de catorce años, el ver viejos con barbas que parecían sacados de cuento antiguo, elefantes en las calles, osos amaestrados, encantadores de serpientes, era una cosa fascinante, nunca había visto una cosa igual. Luego ya de adulto regresé varias veces y pasa que uno se hace amigo del país, de la gente, de su cultura y yo he encontrado historias fabulosas en la India, que no se conocían.
–¿El papel de la mujer india ha mejorado de forma equilibrada?
El papel de la mujer india es catastrófico. Y es por qué la India tiene dos grandes sociedades asolapadas: Está la India del campo, rural, dónde viven la mayoría de los indios y el papel de la mujer allí es espantoso, próximo al animal de carga. Lo curioso es que en India moderna, de la ciudad, es una sociedad diferente: Allí la mujer está emancipada. En Nueva Delhi, en Bombay, he visto chicas en su moto, con el sari frotando al viento y he encontrado las mujeres en altos cargos de administración.
–Sin embargo, Bollywood muestra una situación más festiva…
Es que Bollywood es el escape, no tiene nada que ver con la realidad. Si uno quiere conocer verdaderamente la India, no se puedes fiar de Bollywood. Bollywood es el sueño para salir de esa miseria. El cine indio es la religión que une a todos los indios. La India no es un país homogéneo, hay muchos idiomas, muchas culturas, religiones, etnias… y lo único que los une es Bollywood.
–Tuvo problemas para acceder a mucha de la información que luego se publicó en sus dos últimos libros. ¿Cómo fue el proceso de verificación de datos, si las fuentes no fueron directas?
“Pasión India” es más una novela histórica, en cambio “El sari rojo” es más no-ficción dramatizada. En esta última entrevisté a mucha gente que tenía alguna relación con la familia Gandhi y luego revisé todos los archivos de los periódicos de Nueva Delhi en busca de información. Pero encontré muy poco sobre Sonia Gandhi (protagonista de “El sari rojo”): Sonia es una mujer que no le gusta que hablen de ella, que le tiene pavor a los medios de comunicación y que ha dado sólo dos entrevistas en su vida. A mí no me la quiso dar –aunque al final la pude conocer– pero lo que hice fue alquilar una casa en Nueva Delhi, contacte a la gente que había trabajado con la familia y así, poco a poco, fui hilando la historia.
–¿El sari rojo simboliza una especie de maldición para la familia Gandhi?
No, yo no creo que haya una maldición en términos esotéricos. El sari rojo lo hiló Nehru desde su celda para su hija Indira, cuando ésta le dijo que se iba a casar Feroze Gandhi, que no tiene ningún parentesco con Mahatma Gandhi, pero el destino hizo que se casara con un hombre que compartía el apellido con el padre de la nación. Este mismo sari lo usa Sonia cuando se casa con el hijo de Indira, Rajiv. Y lo usa Priyanka también en su matrimonio. El sari rojo es entonces el símbolo de la continuidad dinástica de esta familia en el poder indio.
–¿Cómo va la película de “Pasión India”?
Shekar Kapur –el mismo que dirigió a Cate Blanchett en “Elizabeth”– está muy interesado en hacerla con una productora catalana. Pero no sé, los asuntos de cine no suelen avanzar tan rápido como uno quisiera. No tengo especial interés en trabajar en el guión, prefiero que venga un guionista con una visión más fresca del tema, que pueda aportar algo más nuevo a la historia.
EL DATO
Javier Moro (Madrid, 1955) es también investigador, coproductor de cine y guionista. Entre sus publicaciones figuran “Senderos de libertad”, “El pie de Jaipur”, “Las montañas de Buda”, “Era medianoche en Bhopal”, “Pasión India” y “El sari rojo”.
EDUARDO ALCÁNTARA CASTRO
(Diario Expreso / Cultural / 9 agosto, 2009)
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