miércoles, 30 de septiembre de 2009

Las brujas de Miller

Entrevista a Juan Carlos Fisher

El director teatral estrena “Las brujas de Salem” este viernes 2 de octubre en el Teatro La Plaza ISIL de Larcomar.

–¿Qué lo motivó a montar esta obra de Arthur Miller?

Soy un fanático de Miller, sus textos me encantan. Leí “Las brujas de Salem” hace diez años y es una obra que quería hacer y que no me atrevía porque es muy grande, se necesita un elenco muy grande y una calidad actoral muy fuerte. Esta obra es una aventura.


–Tiene una tendencia por hacer obras “off Broadway”...
Eso es algo relativo. He hecho cosas bien Broadway y otras cosas más alternativas como “Bicho” y “En casa / En Kabul”. Me gustan las buenas obras, que me enganchen, que me atrapen; que la historia, que el ambiente te transporten a otro universo. No me importa si es Broadway u “off Broadway”.


–¿Qué tan cercana es su adaptación a la obra de Miller?
Nosotros tenemos que respetar a un autor tan importante como es él. Hay que hacerle un homenaje, haciendo la obra tal cual. Eso es lo que hemos hecho.

–La obra sigue siendo muy contemporánea…
Es una de las obras más representadas de la dramaturgia universal. Sin importar el tiempo o la época, cada vez que hay estos fenómenos de miedo y paranoia masiva, la obra se vuelve muy actual. Y creo que estamos en ese momento.

–¿Adaptará más obras de Miller?
Me encantaría, pero es un autor muy difícil. Ahora tenemos un par de proyectos para el próximo año, y espero poder hacer, más adelante, algo de él.

–Finalmente, ¿cómo ha sido el trabajo con los actores?
Es fascinante trabajar con ellos. Es un elenco extraordinario. Cuando leo una obra, siempre me imagino a qué actores me gustaría tener. Lo pienso desde el principio, pero que se concrete ese elenco que te imaginas desde la primera vez, es poco probable. Por eso estoy muy contento y “empilado” con esta obra.
EL DATO
“Las brujas de Salem” podrá verse hasta el 15 de diciembre, de jueves a martes a las 8pm (domingos a las 7pm), en el Teatro La Plaza ISIL de Larcomar. Las entradas están a la venta en Teleticket y en el mismo teatro.

EDUARDO ALCÁNTARA CASTRO
Fotos: Eder Guardamino
(Diario Expreso / Cultural / 30 de setiembre, 2009)


lunes, 7 de septiembre de 2009

Tercer peldaño

Entrevista a Miguel Ildefonso

El escritor limeño acaba de publicar su tercera obra narrativa, “El último viaje de Camilo”, a través del Grupo Editorial Norma.


–Tiene publicados dos libros de narrativa, ¿”El último viaje de Camilo” es parte de una trilogía?
Cada libro es individual, pero “El último viaje…” se puede leer como el final de los anteriores, ya que aquí rescato los personajes y algunas historias sueltas de los libros anteriores y trato de hilvanar la historia. Este libro apunta a absorber muchas dimensiones de cierta época, a través de personajes jóvenes que están condenados a una búsqueda de mantener íntegra su inocencia. En los tres libros hay mucho de testimonio y soy más evidente que en mi poesía. Tenía que escribirlos antes de que se me olvide, me transforme o me vuelva más gordo o más calvo. Esta trilogía es una especie de inicio a varios proyectos de narrativa que tengo en mente.


–Al cultivar también la poesía, ¿le es difícil transitar entre estos dos géneros?
Creo que sí, aunque ahora me siento muy seguro de ambos. Antes estaba más enganchado con la poesía, mi relación con el lenguaje era muy intensa y me costaba mantener cierta objetividad con el lenguaje. La poesía la concibo como escenas, como parte de la realidad y que se filtra en la memoria. Si bien transmito muchos sentimientos, también he tratado de transmitir ideas. No me ha costado, por ese lado, pasar a la narrativa, pero si me ha costado mantener esa distancia con el lenguaje.


–Sin embargo, en “El último viaje…” no se desprende del todo de la poesía, incluso la estructura parece manejarse en prosa…
Sí, y los personajes también son poetas. La idea que guían a estos personajes asociales es la poesía, y el lenguaje obedece a este discurso delirante y otras veces racional. Estos libros pueden ser una especie de transformación del poeta al narrador, visto a través del lenguaje mismo. Ahora, estos géneros los manejo con mayor control.


–Ha admitido influencias de Javier Heraud, Charles Bukowski, César Vallejo y Luis Hernández. ¿Tiene algo que ver la vida trágica y la muerte prematura de estos autores con su interés por ellos?
Ese es mi lado morboso (Risas). Algunos artistas siempre han deseado morirse, sobre todo cuando son jóvenes. Es una forma de transcender físicamente, pero espiritualmente la transcendencia es el arte y eso es lo que retrata la historia de Camilo. Al final no se sabe si Camilo se mató o no, o quizás no importa mucho, pero hay alguien como Paul que se encarga de hacerlo transcender. Es la frustración de un artista que puede haber nacido para llegar más lejos, pero esta realidad es tan fuerte que lo domestica o lo mata. Este libro es mi muerte simbólica, intento persistir en el arte, que es mi forma de buscar la transcendencia.


–¿De dónde nace su interés por narrar historias de personajes marginales?
He vivido siempre entre las fronteras. He vivido en La Victoria, en una urbanización llamada Apolo, rodeado por avenidas y siempre lo vi como una frontera de lo formal y lo emergente. Cuando viajé a Estados Unidos terminé viviendo en la frontera con México. Entonces, siempre me he sentido entre límites y en mis proyectos he tratado de plasmar ese lado marginal, no necesariamente por el interés morboso de hurgar en lo sórdido, sino como una crítica al sistema y para rescatar sus puntos positivos.


–Para terminar, ¿cuáles son sus próximos proyectos?
Tengo varias ideas de novela y prosa que me cuestan emprenderlas por cuestiones personales: pienso salir del país nuevamente. Estos proyectos ya no tendrán nada de biográfico o al menos casi nada; pienso que he logrado una madurez que ojalá se muestre cuando estén concluidos. Por el momento pienso en migrar, no sé si a Estados Unidos o a Europa. No importa mucho eso: he podido construir mi propio mundo que puedo llevar en una hoja de papel.


EL DATO
Miguel Ildefonso (Lima, 1970) estudió Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y ha publicado el libro de cuentos “El Paso” (2005) y la novela “Hotel Lima” (2006). También ha publicado los poemarios “Vestigios”, “Las ciudades fantasmas” y “Los desmoronamientos sinfónicos”, entre otros.


EDUARDO ALCÁNTARA CASTRO
(Diario Expreso / Cultural / 7 de setiembre, 2009)